miércoles, 2 de julio de 2008

Carta a un amigo que se quedó en la Argentina


Querido Juan:

Como recordarás, gracias al corralito tuve la necesidad de emigrar y si bien llegué con trabajo, no pude dejar de sorprenderme con la cantidad de grúas que veía.

Siempre había trabajado en la construcción, pero en los 20 años de actividad nunca había visto lo que veía, obras por aquí, obras por allá, coches nuevos por todos lados, todos mis compañeros de trabajo, treintañeros, recién salidos del horno, todos propietarios, no lo podía creer.

Te acordás Juan, cuando compré mi primer departamento de un dormitorio, ese en el que viví con mi ex y las dos crías, ¡¡si me vieran Juan, si me vieran!! dirían como se nota que este es un sudaca.

Pero algo de lo que veía no me gustaba, no me gustaba la sonrisa amable del director del banco que me dió la (tarjeta) dorada y con 12 lucas (12.000 €) de límite, era para no creer, pero ya sabés, nosotros ya la pasamos y se veía venir.

Con el lío de las subprime, de los ninjas (yo sólo conocía a las tortugas ninjas) las titulizaciones y un montón de cosas más se cortó el crédito y explotó la bomba y ahora, “agarrate Catalina, que vamos a galopar”

La gente está enloqueciendo, llena los tanques de los coches hasta la mitad y hasta en los bares se empieza a notar el inicio de la malaria, para no creer lo que está pasando.

Aumentó la morosidad, se redujo el consumo (imagínate lo que significa aquí eso, es como escuchar Mi Buenos Aires querido, con ritmo de bailanta) y las empresas grandes se caen y obviamente arrastran a unos cuantos y de los que se están quedando sin trabajo, mejor ni te cuento para no amargarte ni amargarme aún más.

La cosa está difícil, la gente se los quiere comer crudos a los desarrolladores (promotores) y a los dueños de las empresas constructoras, y bastante razón tienen, pero el barullo viene de otro lado y aunque se lo explicas cien veces muchos no lo quieren entender.

El otro día me preguntaron si creía que se normalizaría la cosa, o sea si se volverían a construir 800.000 viviendas / año ya que eso era lo que había marcado el crecimiento y bienestar del pasado, y mi respuesta fue que si, que sería para el mismo tiempo en Argentina volviera al 1 a 1, pero creo que no me pudieron entender.

Por lo que veo allí las cosas andan mejor, los precios no suben, al menos según el Indec y el tema del campo está a punto de solucionarse, con lo que ya volverá todo a la tranquilidad.

Sólo me queda una duda, si todo va casi viento en popa, porque varios muchachos de la barra me dicen que no me vuelva, les cuento todo lo que pasa aquí e insisten, algo no entiendo, cuando puedas me gustaría que me lo explicaras, ya que con este tole-tole en cualquier momento nos damos abrazo en Ezeiza.

Saludos desde Valencia

EF / España


Comentario: esta carta es real, me la envió un amigo desde España con esa manera tan especial que tiene de contar una situación de modo que resulte fácil de leer y comprender.

Por aquí todo está igual, el conflicto con el campo sigue vigente, los precios suben día a día, todos nos siguen mintiendo, no sólo el INDEC (Instituto Nac. de Estadística y Censo), los ministros, los diputados, la presidenta y el ex presidente y todos los que apuestan a la obsecuencia. Pero está bien, lugar que no ocupamos los ciudadanos alguien lo ocupa, si de todo nos enteramos por los Medios sin hacer una lectura crítica, si perdemos la memoria y seguimos tropezando con la misma piedra, si seguimos catalogándonos con categorías de buenos y malos, blancos y negros, popular u oligarca...en fin...

A mi entender, refleja una realidad: que en definitiva la globalización nos alcanza en el lugar donde estemos y nos hace sentir lo mejor y lo peor que puede tener en cualquier momento, aquí o allá, ya no la podemos evitar y tendremos que aprender a vivir y convivir con lo que ella nos presenta. Al fin y al cabo todas las noticias que llegan de cualquier país nos presentan realidades similares y siempre el perjudicado es el hombre/mujer común, que quiere trabajar y vivir en paz, educar a sus hijos, practicar su fe, etc.
La Argentina hoy vuelve a vivir tiempos de zozobra, no en lo económico únicamente, pero sí en lo social y político. Estamos aprendiendo, son tiempos en los que "se necesitan gestos de grandeza", (declaración CEA) que nos ayuden a superar nuestras dificualtades aquí, allá o donde sea.

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